lunes, 31 de mayo de 2010

El remedio...

Este fragmento es de una historia que no llegue a escribir ¬¬. Lo he colgado en un montón de sitios y es que lo adoro aunque odio el nombre de la chica xD.
Pues hala, para todos y todas, para ustedes y para ustedas xDDD os dejo este texto sin carño pero con amor, sobre todo "amor"


Shannon salió disparada de la casa de su hermana, sabía que era de noche y que llovía.
A pesar de ese contratiempo sabía lo que hacía. Se quedó parada en el inmenso portal, miró el toldo que era lo único que la separaba de la lluvia, hundió el cuello en la bufanda, introdujo las manos en los bolsillos de la gabardina vieja y se decidió a salir de su escondrijo.
No sabía bien a donde ir, no tenía dinero y las llaves de casa se las había dejado, pero la daba igual esa noche no iba a volver.
La lluvia caía lenta pero sin cesar. Shannon se sentía como cuando era una quinceañera loca y rebelde, pero ahora tenía 22 años, era una adulta y no una cría.
Comprendió que no podía seguir así, la ropa empezaba a estar calada y las lágrimas la calaban.
Los pasos y su cabeza la habían llevado a un sitio conocido, el sitio donde pasaba la mayor parte de su tiempo muy a su pesar.

Stan estaba en la cama, ya era muy tarde pero a él no le importaba pasarse horas y horas pensando en sus cosas, al fin y al cabo eran sus cosas. Stan no se había puesto el pijama, permanecía vestido con la ropa normal, se había desabrochado la camisa y aun llevaba las deportivas puestas. De repente escuchó un ruido, sin embargo no le importaba quien era hasta que agudizo mas el oído, escuchó los pasos, los analizó y descubrió que ese alguien era conocido.

Shannon creyó haber pasado desapercibida, cerró la puerta con sigilo, fue a la cocina y después al comedor y cuando encendió la luz se encontró con Stan que estaba de pie.
-¿no sabía que tenías otro trabajo?-dijo Stan con ironía.- ¿te hizo algo tu chulo?
-vete a la mierda Stan.
-¡Y tu de mi casa!-le dijo este sin darse cuenta de que Shannon lloraba.
-No sé porque he venido aquí. Ha sido una tontería, un impulso.
Stan se dio por fin cuenta.
-Has visto las horas que son-dijo Stan señalando el reloj con guasa-Estas llorando.-afirmó mientras se acercaba a Shannon con cuidado y siguiendo de donde venía la voz de la joven.
-No, estoy acatarrada.-mintió Shannon sin darse cuenta de cómo Stan se acercaba. La chica se quito las lágrimas con la manga de la gabardina.
-Es cierto, ya no tienes lagrimas sin embargo el rastro de estas te delatan.-dijo Stan mientras tocaba las mejillas de la chica.
-¿Y qué? Me llamas puta y ahora intentas consolarme.
-¿Entonces a qué has venido?-le preguntó este apartando la mano con brusquedad.
-Porque llovía, no tenía donde ir y pensé…
-Que como soy ciego no me enteraría de que estas aquí.-interrumpió Stan.
-Sí, lo siento.-dijo con seriedad.-nunca debí de haber aceptado este trabajo .Me preguntó siempre porque lo hice.
-porque te pago bien.-prosiguió Stan irónico.
-No te preocupes Stan ya me marcho y una cosa mas no pienso volver.
-No sé lo que te ha pasado pero sé lo que necesitas.-respondió el joven haciendo parar los pasos de Shannon.
-No conocía esa faceta tuya, la de conocer lo que una persona necesita.
-Necesitas olvidar tu superego para poder dar pasó a lo que te está pasando. Deja que tu ego y tu id se apoderen de ti.-aclaró Stan aunque Shannon se giró y le respondió.
-Nunca se me dieron bien las clases filosóficas. Al grano por favor.
-Necesitas echar un polvo.
-¿Quieres que me vaya a un boys?-preguntó Shannon incrédula.
-Eres un poco corta. Te lo explicare, da la casualidad que cierta persona que está aquí esta igual que tu.-Stan suspiró.- ¡Venga mujer que ya verás que bien nos lo pasamos!
-No me acostaré contigo.-dijo Shannon con poca seguridad.
-Como quieras yo te lo decía para liberar tensiones.
Shannon estaba paralizada, no conocía la reacción para esa situación.
-Ya sé lo que te pasa. Como soy ciego piensas que ya no sé donde tengo que enchufar la manguera.
Shannon no hizo caso al comentario del chico. Dudaba, quería liberar todo, además Stan era guapísimo, cualquier otra chica no se lo habría pensado más de un segundo.
Stan seguía esperando.
Shannon se quitó la gabardina y se abalanzó sobre Stan, este la beso con lujuria y ella disfrutó de aquel beso que sería el comienzo de muchos.
-Te pongo una condición.-dijo Shannon.-no pares.
-Está bien, yo te pongo otra grita todo lo que se te pase por la cabeza, te lo digo porque tengo aun la duda de lo que te pasa.
-Lo veo justo.-espetó Shannon mientras le quitaba a Stan la camisa. El chico metió las manos de bajo del jersey, palpó su cuerpo y dejo llevarse por Shannon .ella acarició la suave piel de Stan. Shannon se quito el jersey y abrió ligeramente las piernas ,Stan se quedo entre ellas y al cabo de un rato ambos estaban completamente desnudos, correteaban por la casa de un lado a otro. Estaban en el salón, Shannon sentía el placer al igual que Stan.
-¡Que piensas!-gritó Stan.
-¡Odio a mi hermana!-jadeó Shannon.- ¡Quiero que sigas! ¡No pares!
-¡No pienso parar! ¡No tengo esa intención!
Y así fue la noche, entre gritos de placer, pensamientos, caricias y besos.
El fuego prendía en la chimenea. Shannon abrió los ojos, estaba tumbada en la alfombra del salón, sentía calor porque cerca de ella estaban las llamas de la chimenea. Respiró y estiró su cuerpo desnudo, ella y Stan estaban arropados por una manta. Recordó poco a poco lo que había ocurrido la noche pasada.
Stan seguía durmiendo como un niño, aunque movió ligeramente el brazo para ver si Shannon estaba aun allí.
-¿quieres más?- preguntó Stan mientras se incorporaba.
-No me importaría pero tengo que trabajar.
-Trabájame a mí que es con quien trabajas.-respondió Stan mientras iba acariciando el costado de Shannon.
-Ojala pudieras verme.-dijo ella sincerándose con el chico.
-Eso no habría evitado que hiciéramos el amor.-respondió Stan con claridad.
-No sabía que así podría liberar tantas cosas.
-Ni yo tampoco si yo te contara el número de espermatozoides que sale…
-¿Crees que me pase gritando?-preguntó Shannon.
-No…aunque si te oyeron los vecinos que se jodan. ¿Fingiste el orgasmo?
-Todo fue real ¿Y tú?
-No, te juro que nunca me he sentido tan hombre.
-me voy a vestir.-dijo Shannon apartando la mano de Stan.
-De eso nada, yo soy ciego. Por mi puedes andar en pelotas siempre que quieras.
-¡Que te lo has creído!-exclamó ella mientras se reía.
-Esta noche he tocado más de lo que he visto en toda mi vida por cierto estas como un queso.-Stan hizo una pausa.-tú no me vas a decir nada, como por ejemplo que la tengo como un tren.
-Basta de decir cochinadas, pareces un crío.
-Soy un crío, al fin y al cabo no veo la realidad.
-Pero la sientes.-contestó Shannon mientras se ponía la camisa de Stan y su ropa interior.
-No, si quiero sentirla no me queda más remedio que fiarme de los demás y como entenderás la confianza vale mucho.
- ¡Qué me vas a decir a mí! ... Voy a preparar el desayuno.
-¡Un café solo por favor!-exclamó Stan desde el salón.-Me das mis gayumbos . Estarán tirados por algún lugar. La lujuria me hace ser un desordenado.
-Eres un desordenado.-afirmó Shannon apoyada en el marco de la puerta.
-Soy ciego.-dijo Stan.
-Toma, póntelos.-dijo Shannon refiriéndose a los bóxer.
-Si antes de que mis vergüenzas se constipen.
-Eso nunca se constipa.-inquirió Shannon desde la cocina.
-Ya lo sé, pero puede perder su magia y ninguno de los dos querrá ¿Verdad?
-Ni de broma.-rio Shannon.

No hay comentarios:

Publicar un comentario